KWAN YIN LA DIOSA DE LA MISERICORDIA

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KWAN YIN LA DIOSA DE LA MISERICORDIA

También conocida como Guanyin, es la versión china de la diosa budista de la misericordia. Esta deidad se deriva directamente del Avalokiteshvara, el Bodhisattva hindú de la compasión, que en China se consideraba la personificación de las cualidades maternales positivas, ya que frecuentemente se le representa con ropa blanca y un niño en brazos.

Es la diosa que asiste a quienes la necesitan, siempre escucha a quien le reza y ayuda a quienes buscan alivio a sus dolores. Se cree que rescatará a cualquiera que acuda a ella en momentos de crisis.

Entre los títulos que la honran están: “la que siempre observa o presta atención a los sonidos“, es decir, la que escucha las oraciones. La “gran misericordiosa“, “la salvación de la miseria y de la aflicción“, “la de mil brazos y mil ojos“. También es llamada la diosa del Mar del Sur, y se le ha comparado con la Virgen María.  Kwan Yin en sánscrito es conocida como Padma-pani, es decir, “Nacida del loto

Las madres le elevaban oraciones para que protegiera a sus hijos; era la diosa de aquellos que estaban en peligro. Era adorada por aquellas mujeres que deseaban tener descendencia, ya que la vasija que sostiene en sus manos representa la perfección y contiene la esencia de las almas que esperan nacer, por lo que facilita el deseo de las madres de tener bebés.  Ella  es por excelencia la protectora de los niños y mujeres.

Una figura o representación de Kwan Yin se puede ubicar en la cocina, en el cuarto de los niños, en la entrada principal.  Sus días más propicios son en luna nueva de los meses de mayo, julio y agosto. Hay templos en toda China dedicados a esta diosa, y ella es adorada en todas las familias, sobre todo por las mujeres en el sur de China más que en el norte. Los fieles le piden hijos, la riqueza y la protección.

Esta es una de las leyendas sobre su origen:

“Según algunas historias populares, se dice Kwan Yin era la hija de un soberano de la dinastía Chou,  el cual se oponía firmemente a su deseo de ésta de ser monja.  Estaba tan irritado por la negativa de su hija a casarse, que la hizo realizar las tareas más pesadas y humillantes en el convento, para que ella se arrepintiera.

Sin embargo, ella nunca se mostró débil. Enojado, su padre ordenó que fuera ejecutada por la desobediencia a sus deseos. Pero el verdugo que debía matarla, que evidentemente era un hombre de corazón tierno y muy prudente, no tuvo fuerza suficiente para hacerlo. Inmediatamente, la espada que iba a descender sobre ella se rompió en mil pedazos. Su padre, más enojado aún por el fracaso de su ejecución, ordenó que fuera sacrificada inmediatamente.

Según cuenta la leyenda, ella bajó al infierno, pero a su llegada las llamas y el fuego se extinguieron y miles de flores florecieron frescas y vivas en ese momento. El oficial que resguardaba el infierno, observa consternado lo que ocurría ya que temía ser castigado por lo que estaba ocurriendo, por lo cual envía a Kwan Yin de vuelta a la vida. Transportada en el corazón de una fragante flor de loto, llegó a la isla de Potala, cerca del puerto de Ningpo.

Un día, su padre cayó enfermo y según una costumbre china, para sanarlo, Kwan Yin se cortó la carne de sus brazos, pues esto podría convertirse en la medicina que necesitaba su progenitor. La cura fue efectiva, y en gratitud, su padre ordenó realizar una estatua de ella con los brazos y los ojos completamente formados. Debido a una mala interpretación de las órdenes, el escultor talló la estatua con muchas cabezas y muchos brazos.  De ahí que aún hoy día, se la represente de esa forma”.

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