EL AVE FÉNIX

¿Qué tienen en común un águila, un quetzal o un pavo real, todas aves de aspectos tan diferentes y procedentes de lugares del mundo tan distantes entre sí, con el mitológico fénix?

Tres atributos  en común contestan esta inquietud: belleza, majestuosidad y algo de magia.

El ave fénix es el más famoso de todos los símbolos del renacer, de las segundas oportunidades, de levantarse tras una caída. Es el ave legendaria que eternamente se renueva de las cenizas.

La imagen de un pájaro de fuego es parte del imaginario colectivo tanto de Oriente como de Occidente. Por ejemplo, la leyenda más conocida sobre el ave fénix tiene su origen en la ciudad de Heliópolis, centro de adoración del sol en la antigua Grecia, cuyos sacrificios se realizaban a Bennu, una deidad con forma de garza, como el espíritu creativo del sol.

Basados en rituales de fuego y en descripciones de algunas aves exóticas más vistosas, como el faisán dorado, los escritores griegos tejieron historias que varían en sus detalles, pero que tienen un punto en común: el fénix era un ave macho única de milagrosa longevidad, 500 años o más, según algunas narraciones. Al final de este periodo, el fénix construía un nido aromático, se inmolaba, renacía tres días después y llevaba las cenizas de su encarnación previa al altar del sol en Heliópolis.

Inicialmente, como símbolo de la desaparición y reaparición cíclica del sol, el fénix pronto se convirtió en un emblema de la resurrección humana, y  al final del invencible espíritu humano al superar pruebas. Como los artistas nunca estaban totalmente seguros de cómo se veía, su iconografía se confunde con facilidad con el simbolismo solar en general de otras aves, en especial con el águila.

En las monedas romanas, el fénix simbolizaba el imperio inmortal. Aparece en la escultura funeraria cristiana más primitiva como símbolo de la resurrección de Cristo y la esperanza de victoria sobre la muerte. En las pinturas medievales, representa la naturaleza divina de Cristo cuando se une al pelícano (símbolo de la naturaleza humana). El fénix también puede aparecer como atributo de la caridad.

Este elegante pájaro es un diseño común en la alquimia, ya que simboliza el fuego purificador y transformador, el elemento químico del azufre y el color rojo. Una leyenda judía atribuía la longevidad del ave a su negativa de comer el fruto prohibido del paraíso.

En China, la mítica ave fénix es la segunda de las cuatro criaturas celestiales, junto con el dragón, el unicornio y la tortuga.  Rige el cuadrante sur de los cielos y simboliza la calidez del sol, que asegura una abundante cosecha. Al igual que en Grecia, se dice que este pájaro divino procede del sol, por eso frecuentemente se le representa con una bola de fuego.

El Feng-huang, como se le conoce en Oriente, se originó de la imaginación de los artistas chinos. Pintores y escritores chinos han ilustrado al fénix con los más bellos ornamentos atribuibles a las aves fabulosas. La etimología del nombre quiere decir el “emperador de todas las aves”. Sus plumas tienen 5 colores  que representan las 5 virtudes cardinales. Es una criatura benevolente y elegante. Solo se alimenta de semillas de bambú y apaga su sed solo en fuentes de agua dulce.

Para los chinos, el ave fénix es a menudo emparejado con el dragón para simbolizar una unión de pareja feliz y armoniosa. El fénix representa la esencia femenina y el dragón representa al varón, y juntos integran la interdependencia conyugal. Por eso se suele encontrar este diseño en muchos regalos de bodas.

Una antigua leyenda cuenta que este pájaro sólo aparece en tiempos de prosperidad y paz, cuando un país o lugar está bajo un gobierno responsable y justo. Esto llevó a Confucio a lamentarse de no haber avistado un ave fénix en su vida, como una forma metafórica de señalar la corrupción en las cortes imperiales de su época.

La siguiente es una hermosa leyenda sobre el origen de la imagen del dragón y el fénix como íconos de un matrimonio feliz:

La leyenda del fénix:

Durante la época de lucha entre los tres Estados Combatientes (770-221 a. C.), había un hombre llamado Xiao Shi que era un apasionado de tocar la flauta. Con su hermosa música, tenía la habilidad de atraer a los pavos reales, a las grullas y a otras aves que visitaban el jardín en el patio del palacio.

Nong Yu, la hija del duque Qin My Gong, se enamoró de Xiao Shi, con tan buena suerte que  su padre consintió en su matrimonio. Una vez casado, Xiao Shi enseñó a Nong Yu a tocar la flauta y a imitar el canto del fénix. Después de unos años, Nong Yu había dominado la llamada del fénix. Tocaba sin cesar desde la primavera y hasta el otoño.

Un día, un ave fénix, atraída por el mágico sonido, voló repentinamente del cielo y aterrizó en el techo de su morada. Los dos subieron a la espalda del pájaro y volaron hacia el cielo. Desde entonces, la imagen de los cónyuges tocando la flauta y encantando al ave fénix ha venido a simbolizar la armonía marital.