LA SANTA CRUZ DE CARAVACA
La Cruz de Caravaca es uno de los amuletos más buscados en nuestra tienda. La hemos vendido desde hace más de dos décadas y la fe de sus devotos está más viva nunca. La razón: las particulares circunstancias que le dieron origen y los numerosos milagros que se le atribuyen a lo largo de la historia.
La Cruz de Caravaca se caracteriza por presentar dos brazos horizontales en vez de uno, flanqueada por dos ángeles de cada lado. El brazo superior es más corto que el inferior. Es una Cruz Patriarcal, ya que presenta la figura de Cristo en ella. Se le conoce también como la Cruz de los Templarios o la “Vera Cruz”, es decir, la cruz verdadera.
Hay muchas historias asociadas a su aparición, sin embargo, la más destacada es la siguiente:
“Durante la ocupación musulmana en España, en el año de 1231, se produjo un milagro en la ciudad Caravaca de la Cruz, en Murcia en el sureste de España. Allí los musulmanes reinaban y los cristianos intentaban reconquistar estos reinos. Un misionero cristiano fue capturado y llevado ante el rey musulmán, quien se mostró curiosidad acerca de ciertos aspectos de la fe cristiana.
El rey le pidió que oficiara misa para conocer cómo era dicho rito. Aunque al principio el misionero se mostró reacio a realizar el sacramento en presencia de no cristianos, luego estuvo de acuerdo y se arregló un altar cubierto con un paño, se trajeron pan, vino y algunas velas. Sin embargo, faltaba un elemento importante: la cruz.
El misionero explicó que la presencia de una cruz era crítica para la Eucaristía y que no podía seguir sin ella. El rey exclamó: -¿Y qué es eso?- apuntando a algo en la ventana. Desde los cielos, dos ángeles parecían llevar una cruz, que pusieron sobre el altar y luego desaparecieron.
El sacerdote inició la misa. Cuando llegó a la etapa de consagración, el rey vio a un hermoso bebé en lugar del pan. El rey estaba tan sorprendido por esta imagen milagrosa que él y su familia se convirtieron al cristianismo y pidieron ser bautizados en la fe cristiana. Muchos creen que la cruz entregada por los ángeles incluyó un pedazo de madera la cruz en la que fue crucificado Cristo.
Diferentes órdenes religiosas custodiaron por siglos la reliquia de la cruz, la cual inspiró la lucha de la reconquista española. La ciudad de Caravaca se convirtió en bastión de la lucha entre musulmanes y cristianos y la cruz en un símbolo de su fe y resistencia. Posteriormente la ciudad de Caravaca se convirtió en un lugar de peregrinación, de iluminación espiritual y de custodia de la reliquia.
Años después de que Cristóbal Colón zarpara en su viaje, los monjes franciscanos viajaron al continente americano y llevaron copias de la cruz de Caravaca con ellos. El diseño todavía es comúnmente visto en iglesias y monasterios de Centro y Sur América.
Actualmente, casas y locales comerciales también tiene esta cruz fijada a la pared como amuletos mágico y puede estar rodeada de una herradura de la suerte. También se acostumbra llevarla en forma de dije para dar seguridad y acompañamiento en las circunstancias difíciles. Ahora forma parte del pintoresco sincretismo cultural tan propio de nuestros países.
En Costa Rica, en la época colonial, la Puebla de los Pardos en la ciudad de Cartago, ostentaba una cruz de Caravaca de piedra, la cual marcaba la división entre las tierras de los mulatos y las tierras de los blancos españoles.
Así que la próxima vez que vaya a Cartago, no olvide observar esta particular Cruz de Caravaca, y recordar que teniendo su origen en la Edad Media y en lugares tan lejanos, aún hoy día la podemos encontrar en pie en nuestro país, y sigue siendo considerada un símbolo de protección muy poderoso.
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