EL GRANATE
Una familia de gemas
El granate evoca aquel color rojo profundo, sensual y fascinante que ha cautivado e inspirado a muchos poetas, quienes recurren a esta piedra como metáfora del color de los labios de la mujer amada, objeto de deseo.
Sin embargo, el granate como piedra no se limita a ese color rojo oscuro tan popular en el arte y la literatura, sino que abarca a toda una familia de minerales de las más diversas tonalidades.
Lo más apropiado es referirse al grupo de los granates, –así, en plural-, integrado por un conjunto de nesosilicatos de diversas especies minerales, pertenecientes al sistema cúbico, y que forman un interesante conjunto de gemas, con tonalidades desde transparentes a hasta opacas.
Características geológicas:
Su formación frecuentemente deriva de las rocas metamórficas y de algunas rocas ígneas. Este mineral se halla asociado a la moscovita, la biotita, el cuarzo, la cianita, el grafito, el rutilo y la magnetita. A veces se transforma en talco, serpentina y clorita.
Su forma de cristalización es cúbica, siendo la más común el rombododecaedro y el trapezoedro, así como combinaciones de ambos. Suele tener un aspecto de masas compactas criptocristalinas, granulares o laminares, cantos rodados y arenas. También aparece en hermosos cristales, a veces de gran tamaño, aislados o implantados en las rocas formando drusas.
Los granates son una gema relativamente resistente, con una calificación de 6.5-7.5 en la escala de Mohs, lo que permite un ajuste bueno y duradero para la fabricación de joyería.
Localización:
Es posible encontrar granates en Noruega, República Checa, Montes Urales, India, Sri Lanka, Brasil, Alaska, Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica y España.
Dado que el granate es el nombre de una familia de minerales químicamente relacionados, se puede encontrar todas sus variedades como piedra preciosa. Debido a las diferentes composiciones químicas, el granate se presenta en la mayoría de los colores. Las fuentes de material de calidad gema incluyen República Checa, Sudáfrica, Estados Unidos, Australia, Brasil y Sri Lanka.
Aspecto:
La palabra “granate” deriva de una variedad de fuentes etimológicas, siendo la más usada la palabra inglesa “garnet” o “rojo oscuro”. También se dice que la palabra proviene del latín “granatum” que significa “semilla”, una alusión al parecido de la piedra con las semillas de la fruta de la granada.
A pesar de la referencia al color rojo oscuro como la inspiración de su nombre, el granate, al igual que el topacio, está disponible en una variedad de colores, siendo el rojo profundo el más común. Algunos granates incluso cambian de color dependiendo de la luz, apareciendo azulados a la luz del día y púrpura rojizos bajo la luz incandescente.
De su variedad tipo arco iris, los granates azules se encuentran entre los más raros. Sin embargo, los granates rojos y verdes más finos han sido a menudo confundidos con rubíes y esmeraldas, siendo incluso hasta más brillantes.
El granate tiene un brillo vítreo y adamantino que rivaliza con el de los diamantes, lo que hace que esta piedra semipreciosa sea altamente valorada en joyería. Los granates también son especiales porque no se pueden alterar artificialmente para mejorar el color o el brillo.
Variedades:
Existen más de 20 variedades de granate, siendo las más utilizadas en joyería las siguientes:
- Piropo: compuesto de silicato de aluminio y magnesio, con un hermoso color rojo “sangre”; se encuentra en las peridotitas, en las kimberlitas y en las serpentinas.
- Almandina: la variedad más frecuente de encontrar; está compuesta de silicato de aluminio y hierro. Es de color rojo, rojo oscuro y a veces casi negro.
- Espesartina: este silicato de aluminio y manganeso es de color naranja (desde amarillento hasta rojizo) y se encuentra en los granitos, en las pegmatitas y en las riolitas.
- Grosularia: compuesta por silicato de aluminio y calcio, esta variedad de granate puede ser desde incoloro hasta verde claro, ámbar o rosa. También se encuentra en colores rojo, anaranjado, verde, marrón, y se halla en las calizas metamórficas.
- Hesonita: es una variedad de la grosularia, pero en color marrón
- Uvarovita: este silicato de cromo y calcio es de un color verde intenso (esmeralda), a menudo opaco (verde oscuro), y se encuentra en las serpentinas cromíferas y en las calizas metamórficas.
- Demantoide: Es el más buscado de los granates. Es una variedad de andradita (silicato de hierro y calcio) de tonos verdes: verde claro a esmeralda, verde negruzco y de la Melanita (andradita negra) y posee, al igual que el diamante, notables reflejos; se encuentra en zonas de metamorfismo de contacto, en las serpentinas y esquistos cloríticos (Montes Urales y Valmalenco, Italia).
Historia:
Se han encontrado remanentes de joyas de granate desde la Edad de Bronce. Los egipcios apreciaban especialmente la piedra, y la llamaban “el símbolo de la vida”. La utilizaban abundantemente en sus ornamentos corporales y tallas. Las joyas de granate fueron enterradas con los faraones, un testimonio del valor y la importancia de la piedra tanto en el mundo de los vivos como en el más allá.
En la antigüedad, Teofrasto y Plinio describieron piedras preciosas rojas con los respectivos nombres de anthrax y carbunculus, palabras que significan “brasa” y hacían referencia a las variedades piropo y almandina, así como a otras piedras del mismo color. El color de la gema del grupo almandino-piropo es precisamente como el de la fruta de la granada. El tipo carbunclo se ha considerado sinónimo del rubí. Se dice que el granate grossular –vocablo que viene del latín–se parece precisamente a las grosellas.
Los romanos preferían el granate para los anillos de sello, usando la piedra para estampar la cera que aseguraba los documentos importantes. En la antigua Roma, los granates eran quizás la gema más comercializada.
A diferencia de otras gemas, el granate no pasó de moda y no perdió popularidad a lo largo de los años. Era la piedra preciosa favorecida del clero y la nobleza en la Edad Media. Más tarde, los victorianos fueron particularmente aficionados a la esta piedra. Algunas de las joyas de granate más bellas manufacturadas en esa época imitan a la fruta de la que deriva su nombre, con grupos de diminutas gemas rojas que forman una pieza más grande. Estos grupos similares a semillas también se conocían como “carbunclos” en los tiempos antiguos y se pensaba que eran una de las piedras preciosas que Dios le dio al rey Salomón.
Usos energéticos:
Al ser un mineral que presenta gran variedad de colores y composiciones químicas, su uso espiritual depende del tipo de energía que se quiera activar.
Para contrarrestar enemigos y estar protegido, se recomienda usar la variedad más oscura de granate.
Según antiguas leyendas, esta piedra trae paz, prosperidad y buena salud, resguardando al portador de enfermedades y daños De hecho, los guerreros medievales usaban granates para ir a la batalla. El granate también simboliza una amistad profunda y duradera. Con esta intención en mente, darle un granate a alguien, es decirle que se valora profundamente su amistad.
Para activar el amor y dar más vitalidad, nada mejor que los granates más rojizos. En la antigüedad, las brillantes flores del árbol de granado se consideraban un símbolo del amor y, la fruta, imagen de la fertilidad. También se recomienda usarla en caso de querer mejorar la sexualidad y la fertilidad.
Y si se quiere una piedra para meditar y abrir la mente, pues entonces hay que optar por un granate verdoso. Trae pensamientos positivos y aumenta la energía.
El granate se ganó el apodo de “la gema de la fe”, ya que se cree que si se usa la piedra y se hace el bien, la buena fortuna llegará. También es conocida como la “piedra de los viajeros”, pensada para proteger quien la lleve durante una travesía peligrosa o lejana. Se dice que Noé usó una linterna de granate para ayudarse a navegar en su arca durante la noche.
Además, el granate es la piedra natal para los nacidos en el mes de enero. Se la considera un símbolo de prosperidad y paz, y se cree que trae buena salud para comenzar el año.
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