LA PIRITA
El maravilloso color dorado de la pirita nos ha deslumbrado desde tiempos antiguos. Muchos la confundieron con el metal más valioso del mundo, el oro, por lo que se ganó el apodo de “oro de los tontos”. Aunque esto no ha sido obstáculo para la gran admiración que ha suscitado este hermoso mineral.
Se sabe que los fenicios fueron los primeros en explorar los abundantes yacimientos de Río Tinto en el sur de España. Los griegos también conocían la pirita y con ella fabricaban joyas elegantes y amuletos misteriosos. Los indígenas nativos americanos la usaban para ayudar a los chamanes a obtener el conocimiento y el poder necesarios durante sus rituales y celebraciones. Los incas la pulían como espejos en los cuales se “reflejaba su alma”.
Su nombre deriva del griego “pyr”, fuego, debido a su capacidad para emitir chispas cuando se golpea contra otra piedra o pieza de metal. Se encuentra en muchos lugares del mundo, desde España, Italia, Alemania, México y Perú hasta Sudáfrica, Rusia, Canadá y Arizona.
La pirita es un sulfuro de hierro que también suele contener níquel, cobalto, arsénico, cobre, zinc, plata y oro. Se forma a partir de venas hidrotermales, depósitos metamórficos, estalactitas y otras formaciones sedimentarias. Tiene una dureza de 6 a 6,5 en la escala de Mohs.
Cristaliza en casi perfectas formas cúbicas, aunque también en dodecaedro y octaedro. Tiene un color amarillo latón, a veces parduzco y un hermoso brillo metálico. Es muy común encontrarla en las vetas de cuarzo.
La pirita no es un mineral soluble en agua, pero mojarla podría causar que el color cambie debido a la oxidación del contenido de hierro dentro de la piedra. En caso de mojarse, el color dorado se vuelve gris opaco o marrón amarillento. Tampoco se debe colocar directamente bajo la luz solar intensa o cerca de fuentes de calor, ya que se puede alterar su apariencia.
Propiedades energéticas:
Sus destellos dorados sintonizan a la pirita con el elemento fuego y con los rayos solares. Su similitud con el oro la hace una gema ideal para invocar riqueza. Pero la pirita también tiene otras propiedades energéticas extraordinarias:
- Protección emocional: Ayuda a evitar cualquier comportamiento negativo, manipulador o amenazante que otros puedan intentar traer a nuestro espacio personal. Por eso, mantener una pirita cerca nos hará sentirnos seguros y protegidos en nuestro hogar.
- Trabajar la autoestima: Su energía puede ayudar a sanar un alma herida y traer pensamientos y sentimientos positivos hacia uno mismo para combatir sensaciones de inferioridad y reemplazarlas por confianza y seguridad en uno mismo.
- Fuerza de voluntad: La pirita nos mantiene fuertes en momentos en que necesitamos determinación y concentración para tomar decisiones y dejar los apegos. Usar una pirita brillante nos da energía positiva, ilumina nuestros pensamientos y nos asegura de no socavar nuestras propias creencias y deseos.
- Fortalecer el aura: El resplandor de la pirita es una poderosa herramienta para conectarse con el aura, eliminando la negatividad y reemplazándola con una sensación de positividad y armonía dentro de uno mismo. Al sintonizar emociones con claridad y abordar cualquier desequilibrio con facilidad, la pirita “repara” el aura.
- Riqueza y prosperidad: La pirita “atrae” riqueza y prosperidad, pero no necesariamente de forma monetaria, ya que éstas se presentan de muchas maneras: básicamente, cualquier cosa que enriquezca la vida y nos haga sentir que estamos teniendo éxito.
- Activación de chakras: La pirita vibra con el amarillo y el naranja, por eso es ideal para activar el chakra 2 (sacro) y el chakra 3 (plexo solar), conectando con nuestros centros de pasión, fuerza interior y motivación.
Podemos concluir que la pirita es una de las mejores gemas para corregir desequilibrios emocionales y también para sanar y restaurar muchos caminos espirituales diferentes.
La pirita es un protector espiritual en los planos físico, emocional y etéreo. Se ha utilizado en adivinación y meditación durante siglos. Puede ayudarnos a conectarnos con el universo y sentir la pureza de esta conexión de una manera muy profunda.
Nutre nuestros campos energéticos, nos restaura y nos guía para convertirnos en seres más grandes y más puros.
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