EL NUDO DE BRUJA

Hay muchos tipos diferentes de nudos mágicos, todos los cuales tienen sus propios usos y su propia historia.
Dentro del conjunto de símbolos asociados a la Wicca, los nudos conforman una tradición de larga data en las culturas celtas y nórdicas. Por ello, el vínculo del nudo de bruja con la fertilidad, el nacimiento, la sexualidad femenina y la fuerza natural de la mujer también fue reconocido por los celtas, así como por las culturas paganas de todo el norte de Europa
Según la Wicca, la mayor parte del trabajo de rituales y hechizos se hace dentro de un círculo, trazado por el practicante para definir los límites del lugar donde se encuentra cara a cara con las deidades, pues es dentro del círculo donde ocurre la magia. Y precisamente el nudo de bruja se conforma a partir de un interesante conjunto formas circulares intercaladas.
El nudo o amuleto de bruja está formado por cuatro formas de vesica piscis (del latín “vejiga de pez”) entrelazadas. Se trata de dos círculos de igual radio que se intersecan de forma que el centro de cada círculo queda ubicado en el perímetro del otro.

La geometría sagrada del nudo de bruja se considera un símbolo pagano milenario relacionado intrínsecamente con la tierra. Sus aspas representan cada uno de los puntos cardinales y los cuatro elementos naturales.

El círculo que une los cuatro pétalos es la conexión entre estos elementos y forma un enlace energético entre toda forma de vida y la tierra.

El rombo que se forma en el centro es el tercer ojo, el centro de la intuición y la sabiduría y el despertar de la conciencia.

Así, este talismán invoca la magia de la naturaleza desde su íntima relación con todo lo que viene de la tierra y la conexión que tiene con ella.

El nudo de las brujas es un símbolo que se puede dibujar continuamente sin tener que levantar el lápiz del papel, es decir, que con un movimiento continuo se puede representar un símbolo complejo. Esto ofrece protección y poderes vinculantes a cualquier intención que deseemos que el nudo cumpla.

Este nudo ha sido utilizado por las brujas tanto en forma simbólica como física. En la antigüedad se creía que algunas brujas tenían el poder de “atar” o conjurar el clima mediante los llamados hechizos meteorológicos. Por ejemplo, podrían detener el viento para que los barcos no pudieran navegar y de ese modo evitar que llegaran invitados no deseados desde tierras lejanas. El nudo se podía usar de forma física cuando se ataban o amarraban dos o más

objetos para crear círculos de protección y que estos objetos permanecieran unidos mágicamente, de tal modo que el hechizo solo podía romperse cortando todos los hilos del nudo.

Los hombres de la Edad Media creían que las mujeres podían inmovilizar su funcionamiento sexual usando la magia de este nudo femenino.

Muchas personas en esta época solían tallar un nudo de bruja sobre las puertas de sus casas y establos para protegerlos de la negatividad que pudiera ingresar o de enemigos que los estuvieran acechando.

También se solía llevar este nudo en la brida de los caballos o como dijes colgados del cuello para protección contra malas intenciones de los demás.

Hoy en día, muchas brujas modernas han elegido el nudo mágico como su símbolo distintivo. Y muchas personas también han decidido llevarlo consigo como amuleto personal en forma de dijes, aretes, llaveros o guardado en una bolsa. Esto nos proporciona protección contra el daño que otros quieran ejercer sobre nosotros, pues nos hace sentir fuertes y seguros.
Como todo amuleto, el nudo de bruja que usemos deberá limpiarse antes de ser llevado en el cuerpo. Se puede dejar toda una noche bajo la luz de la luna llena o purificarlo con incienso. Además, podemos escribir una intención o un decreto para que el nudo siempre nos mantenga alejados del peligro:

“Ato este nudo como el guardián de toda la energía, también sello la seguridad de mi camino. Te invoco para que me des tu poder. Por este poder te conjuro, para proteger todo lo que me rodea. Como es arriba, así es abajo. ¡Así sea!”