EL ÓPALO Y SUS LEYENDAS

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EL ÓPALO Y SUS LEYENDAS

El ópalo es uno de los minerales más hermosos y fascinantes que el ser humano ha encontrado. Es una de las pocas gemas no cristalinas, con una viva apariencia tornasolada y con brillantes e impactantes destellos. Precisamente a este particular acabado se le conoce como opalescencia. No es de extrañar que haya despertado el entusiasmo de las antiguas culturas por esa iridiscente mezcla de colores.

El origen del nombre ópalo se deriva del griego opállios, que significa “ver un cambio”, y por ello se consideraba una gema profética y protectora. Las tribus australianas lo llamaban “fuego del desierto”. En la antigua Roma simbolizaba el amor y la esperanza y el erudito romano Plinio la llamó opalus. También se cree que el vocablo procede del sánscrito upala, que significa “gema preciosa

Desde el punto de vista científico, el ópalo es un gel de sílice, un dióxido de silicio hidratado con cantidades variables de agua (entre 1% y 21%) y algunos óxidos como impurezas. Tiene un sistema de cristalización amorfo y poco cristalino. El ópalo tiene la misma composición química que el cuarzo, pero contiene cierto porcentaje de agua y no está cristalizado. Tiene una estructura regular, pero no a nivel atómico, pues está compuesto de alineaciones de pequeñas esferas que forman una red tridimensional compacta.

Su dureza en la escala de Mohs es de 5.5-6.5. Se le encuentra en forma de masas compactas, redondeadas, reniformes o estalactíticas; en costras, capas, suelto o terroso. También aparece como material fosilizante de maderas.

Su formación se debe a la descomposición térmica de silicatos y rocas volcánicas modernas, producto de precipitación en fuentes termales. También ocurre en capas sedimentarias como resultado de la acumulación de pequeños esqueletos de animales marinos. Por deshidratación se transforma en cuarzo y calcedonia.

Los principales depósitos de ópalo del mundo se encuentran en Australia, en famosas minas como White Cliffs, Lightning Ridge y Coober Pedy. Fue descubierto por primera vez durante la década de 1870. Pero también hay importantes yacimientos en Estados Unidos, España, Eslovaquia,  México y Honduras.

VARIEDADES:

 

El ópalo ha sido encontrado en muchos colores: blanco, amarillo, anaranjado, rojo, verde, verde pálido, gris, gris humo, azul, celeste, negro, negro rojizo. Los hay desde transparentes, traslúcidos y lechosos hasta semi-opacos y opacos.  Todos coinciden en su brillo vítreo, nacarado o mate y la raya blanca. Es un mineral relativamente frágil, ya que tiende a agrietarse y romperse, especialmente debido a cambios extremos de temperatura o golpes fuertes. Algunas variedades son fluorescentes a los rayos ultra violeta.

Los ópalos más apreciados muestran iridiscencia interna debido a la difracción de la luz por la red de pequeñas esferas de que están compuestos. Estos tipos se conocen colectivamente como ópalo noble u ópalo precioso. La gama de colores aparentemente depende del tamaño de las esferas y de la distancia entre sus filas.

Hay una vasta clasificación del ópalo según el lugar del planeta en que haya sido encontrado o debido a su apariencia. Estos son algunos de los tipos más conocidos:

-Ópalo “noble”: tiene reflejos internos y diversas coloraciones. Si muestra un juego de colores, se convierte en el preciado ópalo de agua; si es lechoso se denomina hidrófana (una variedad opaca pero que aparece incoloro en el agua); y si es rojo es ópalo de fuego.

-Hialita: incolora y transparente como el agua. El ópalo transparente de aspecto vidrioso se produce en las cavidades de las lavas volcánicas, como por ejemplo, el procedente de la región de Bohemia en República Checa.

-Ópalo de fuego: denominado así por su color rojo intenso. Se sabe que fue extraído por los aztecas desde hace más de 500 años en vetas del sur de Mesoamérica. México y Honduras siguen siendo en el presente importantes fuentes de ópalo de fuego.

-Geiserita: depositada por géiseres.

– Trípoli o diatomita: producto de la acumulación de caparazones de diatomeas.  La diatomita se usa como abrasivo, material filtrante y aislante.

-Menilita: presenta concreciones redondeadas y mates.

-Ópalo leñoso o xilópalo: es un producto fosilizante de madera

Existe el llamado “ópalo no precioso”, es decir, el que no presenta destellos de color. El ópalo rosa es opaco, proveniente de Francia, pero con un color tan llamativo que es muy usado en joyas y ornamentos. Finas variantes de un ópalo negro provienen de ciertas minas de Australia: su base de color oscuro contraste con los fuertes destellos que presenta. Son raros ejemplares que llegan a costar muchísimo dinero.

 LEYENDAS:

La popularidad del ópalo ha aumentado y disminuido a lo largo de los siglos. Los antiguos romanos lo usaban como un símbolo de poder y belleza. Pero en diferentes momentos de la historia, se le ha considerado como un amuleto desafortunado, aunque sin un fundamento sólido para tal creencia. El mito puede estar alimentado por el hecho de la fragilidad del ópalo. Es frecuente que se rompa si no se corta de la forma precisa y apropiada que el material requiere.

Aquí les contamos algunas de los relatos y tradiciones que han acompañado al ópalo en diferentes culturas y momentos:

 

-El famoso general romano Marco Antonio, enamorado de la reina egipcia Cleopatra, la colmó de exquisitos regalos mientras la cortejaba. Uno de sus senadores, Nonius, era coleccionista de joyas y poseía un bellísimo y raro ejemplar de ópalo. Marco Antonio intentó infructuosamente comprarle la gema al senador, quien se negó a entregársela, ni siquiera a cambio de innumerables riquezas que le fueron ofrecidas. Prefirió exiliarse en Alejandría, adonde murió ahogado, pero siendo aún poseedor de la valiosa gema.

 

-En la tradición hindú, los dioses Vishnú y Shiva se enamoraron perdidamente de la misma mujer. Esto los llevó a pelear entre sí debido a los incontrolables celos que sentían el uno por el otro. Al darse cuenta Brahma del conflicto, decidió convertir a la hermosa muchacha en una gema preciosa, que combinara el color azul del cielo (la energía del propio Brahma), más el brillo del oro de Vishnú y el rojo intenso de Shiva.

 

-En la mitología árabe, el ópalo fue una piedra que cayó del cielo producto de múltiples relámpagos, lo que explicaría sus espectaculares destellos.

 

-En la Edad Media se creía que si una muchacha adolescente quería mantener su cabello rubio hasta la edad adulta, debería portar un ópalo consigo.

 

-Durante el azote que sufrió Europa por la peste en los siglos XIV y XV, se dice que los habitantes de Venecia en Italia, notaron que unos ópalos se volvieron brillantes cuando un paciente contrajo la enfermedad y se opacaron cuando la persona murió. Existe un famoso cuadro del pintor Antonio Zanchi, que representa esta escena durante la Peste Negra, lo cual reforzó la idea de que el ópalo era una gema desafortunada.

 

-En la novela de principio del siglo XIX titulada “La Dama de la Niebla”, el famoso escritor Walter Scott narra cómo un ópalo se destruye al ser rociado con agua bendita. La dueña de la gema muere también. La novela fue muy exitosa y leída por el público. De ahí que se extendiera la fama del ópalo como una piedra que causaba problemas a quien lo poseía y que por algunos años, el valor del ópalo se deteriorara en el mercado de minerales.

 

-Paralelamente, la Reina Victoria de Inglaterra, quien no era una mujer supersticiosa, tenía como una de sus gemas preferidas el ópalo. Durante su reinado, se impulsó la explotación minera en sus colonias, incluyendo Australia, la fuente de una de las mejores colecciones de ópalos del mundo.

 

-La corona española también estuvo influenciada por las creencias sobre el ópalo. El  Rey Alfonso XII se enamoró de una condesa, pero se casó con una prima de ésta. Como regalo de bodas, esta condesa le dio un espectacular anillo de ópalo a la pareja. La esposa murió cinco meses después sin causa aparente. El anillo lo tuvo una hermana de Alfonso XII, quien murió un año después de una extraña enfermedad. El anillo también lo tuvo la reina María Cristina de Borbón-Nápoles, quien murió por motivos no muy claros. De ahí que se difundiera el rumor de que dicho anillo traía la muerte a quien lo portara.

 

-En México una poética leyenda indígena cuenta que el ópalo proviene de la fusión del vuelo de la mariposa –un ser bello, pero efímero- y de una roca –siempre oculta bajo tierra, inmóvil, aunque perenne.  También se le conoce como piedra colibrí, por similitud con los tonos y brillos de las alas de este pajarito al moverse.

 

Actualmente, estas creencias sobre las caprichosas propiedades de esta piedra han sido superadas. Es muy apreciada por los joyeros modernos y los ejemplares más exóticos se cotizan a altos precios. Pero lo más valioso del ópalo es su vibrante energía y su poder estimulante.

En algún momento de la historia se le denominó “Oculus Mundi”, es decir, “Ojo del mundo”, pues es indudable que su opalescencia puede canalizar la luz cósmica, nos da apertura mental  y nos predispone a estar más atentos a lo que sucede a nuestro alrededor.

Sí, la belleza del ópalo es seductora, y eso puede distraernos al principio. Pero una vez que logramos entender sus múltiples facetas, se convierte en un invaluable instrumento de visualización de nuestro entorno para comprender la existencia más allá de lo aparente.

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