EL OJO TURCO: AMULETO CONTRA LA ENVIDIA

Visualmente, el ojo es el símbolo más apremiante basado en el cuerpo humano, a menudo utilizado para representar la omnisciencia de los antiguos dioses solares egipcios y del Dios Padre cristiano.

El tercer ojo oculto, a veces llamado el “ojo del corazón”, simboliza el ojo de la percepción espiritual asociado con el poder de Shiva y el elemento sintetizador del fuego en el hinduismo, con la visión interna en el Budismo y con la clarividencia sobrehumana en el Islam.

Hoy día se dice que todos tenemos un tercer ojo, que se encuentra justo debajo de la superficie de la piel entre las cejas. El tercer ojo es nuestro ojo místico, que considera todos los aspectos espirituales y psíquicos de nuestros mundos, todo aquello que nuestros dos ojos físicos no pueden ver.

Por ello no es de extrañar que en los últimos años se haya vuelto muy popular un amuleto en forma de ojo de color azul, que no solamente es usado como colgante de puertas, entradas, bolsos o llaveros,  sino que también ha sido incorporado a la joyería en forma de pulseras, aretes, dijes y anillos.

En muchas sociedades, desde la antigüedad, han persistido creencias populares sobre el “mal de ojo”: una mirada puede causar dolor, lesión o mala suerte a cualquier persona receptora de dicha mirada. Se trata de aquellas personas que son “envidiosas” o simplemente gente que cree que sus semejantes no se merecen la buena fortuna de la que gozan.

Por lo tanto, a lo largo de la historia, el ser humano ha desarrollado muchos tipos de talismanes diseñados para “alejar la mala suerte”. Uno de los más conocidos surgió en Turquía, país donde este ojo está ampliamente representado en casas, tiendas y negocios.  Por ello se le conoce como el Ojo Turco o en inglés como el Evil Eye.

Tradicionalmente, este ojo se encuentra en un círculo o esfera redondeada; es de color azul con la forma de un ojo en el medio más oscuro.  En muchas ocasiones puede estar colocado sobre una Mano de Fátima, es decir, sobre la mano que detiene el mal.

Ya sea que se lleve como una hermosa joya o ya sea que de verdad se use como un amuleto para  protegernos contra el mal, lo cierto es que el Ojo Turco nos recuerda el gran poder que tiene nuestra mente sobre nosotros mismos y sobre los demás.  Este “tercer ojo” nos permite reconocer, más allá de lo superficial,  las verdaderas intenciones que otras personas tienen hacia nosotros, y de esta forma seremos capaces de contrarrestar cualquier influencia negativa.