YIN YANG: MÁS ALLÁ DE LA ATRACCIÓN DE LOS OPUESTOS

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YIN YANG: MÁS ALLÁ DE LA ATRACCIÓN DE LOS OPUESTOS

En la filosofía china, Yin y Yang son los términos dados a las fuerzas dinámicas complementarias que mantienen el universo en equilibrio en todos los niveles, desde el macrocosmos hasta el microcosmos, y que son los principios centrales detrás de todas las formas de vida.

También definido como “unidad en la dualidad”, en China se representa como un círculo dividido en partes iguales por una curva S invertida, para producir una mitad oscura, femenina (yin) y una mitad brillante y masculina (yang), cada una con un pequeño círculo del color opuesto.

Esta simple imagen es de dinamismo balanceado, simbolizando la interdependencia de las fuerzas contrarias y los principios del cosmos.

El lado Yin, que precede al Yang, es femenino, húmedo, oscuro, pasivo, suave, flexible e intuitivo, y se asocia con el agua, la tierra, la noche, el valle, los árboles, las flores, las aves y animales nocturnos.

El Yang es visto como masculino, seco, brillante, activo, duro, inflexible e irracional, y se asocia con el día, el fuego, el sol, el cielo, las montañas y las aves y animales diurnos.

Pero todo Yin contiene un elemento de Yang, y de la misma manera, todo Yang contiene asimismo algo de Yin, tal y como se ve representado en los puntos centrales de cada una de las mitades. Es decir, que no existen los absolutos.

Las dos fuerzas se interrelacionan, dominando y sometiendo el uno al otro;  creciendo y menguando, antagonizando como el día y la noche, el verano y el invierno, el nacimiento y la muerte. El Yin atrae al Yang y el Yang atrae al Yin.

La tensión creativa, la separación y la fusión entre el Yin y el Yang generan el cambio y el movimiento, la evolución y la involución.

Es muy frecuente observar el símbolo del Yin Yang enmarcado en un octágono, por medio de líneas continuas o interrumpidas, con números pares e impares.  Esto tiene su origen en el I Ching o Libro de los Cambios, donde se expresa una interacción similar de fuerzas complementarias mediante la alternación de ambas.

Estas líneas se conocen como trigramas: estructuras de tres líneas sólidas (yang) o fragmentadas (yin), ocho de las cuales estructuran el Pakua o Bagua y forman la base para el Feng Shui actual.  Todo junto simboliza la creencia taoísta de que el cosmos se basa en un flujo constante de fuerzas complementarias: el Yang masculino y activo equilibrando el Yin femenino y pasivo.  Los grupos intercambiables de dos trigramas forman los 64 hexagramas del I Ching, cuya interpretación provee de una guía para la acción inteligente.

El equilibrio entre dos fuerzas aparentemente opuestas es la clave de la armonía.  Todos nosotros debemos estar conscientes que poseemos un elemento Yin y un elemento Yang, y si lo aplicamos a nuestra vida diaria, podemos encontrar muchas respuestas a nuestro comportamiento y al de nuestros semejantes. Esto nos permite fomentar un equilibrio armonioso y lleno de luz, evitando excesos y sufrimientos innecesarios en nuestra vida.

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