LOS MUDRAS: ¿QUÉ NOS DICE BUDA?
Mudra significa “gesto” y es una pose corporal simbólica y sagrada utilizada comúnmente en la religión hinduista o en el budismo. Aunque dichos gestos pueden involucrar todo el cuerpo, los más conocidos son ejecutados con las manos. Encontramos mudras en las estatuas y pinturas de deidades. También son ejecutados por bailarines y practicantes de yoga o de meditación.
Si nos fijamos bien en las diferentes representaciones de Buda, notaremos que la postura de sus manos puede variar. El arte budista es muy visual y está cargado de significados, ningún elemento está ahí por puro azar. Con cada mudra, Buda nos está dando un mensaje y cuando nosotros mismos los practicamos, vamos abriendo poco a poco un portal energético que nos orienta hacia la intención de cada gesto.
Existen cientos de mudras, pero estos son los que con más frecuencia encontramos en las figuras de Buda.
Dhyana, mudra de la meditación
Esta postura promueve la energía de la meditación, la contemplación profunda y la conexión con un estado de conciencia superior. Los dedos superpuestos con ambos pulgares formando una especie de triángulo crean un flujo de energía cíclico que limpia lo impuro y promueve lo etéreo.
Bhumisparsa, mudra de la tierra como testigo
Este mudra puede traducirse como “tocando la tierra” y representa el momento en que Buda alcanza la iluminación bajo el árbol bodhi. Antes que Buda alcanzara la iluminación fue tentado por las fuerzas malignas pero salió victorioso. Su victoria fue presenciada por la deidad de la tierra. Así, Bhumisparsa puede traducirse también como “testigo de la verdad” o “la tierra como testigo”. La mano derecha apunta hacia abajo con los cinco dedos extendidos y representa la conexión de Buda con el mundo terrenal mientras que la izquierda descansa sobre el regazo con la palma hacia arriba y abre el corazón hacia la sabiduría.
Abhaya, mudra de protección
Con este mudra, Buda nos dice “no temas”. La palma derecha se levanta extendida a la altura del corazón y con ella se promueve un sentido de protección, paz, fortaleza y seguridad en sí mismo.
Namaskara, o Anjali, mudra de adoración
Ambas manos se colocan juntas a la altura del corazón o de la frente (el tercer ojo). Con este mudra se evoca admiración, veneración o se rinde honor a un ser superior, a la luz o a aquello que consideremos la realidad última. También es una forma de saludo y un ofrecimiento de buenas sensaciones entre un ser y otro.
¿Con cuál mudra nos identificamos más?
Depende de qué queramos enfatizar en nuestra vida, de la receptividad de nuestra mente y nuestro corazón y de la apertura a la verdadera contemplación.
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