LA CUARTA HOJA DEL TRÉBOL

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LA CUARTA HOJA DEL TRÉBOL

Cuando vemos la imagen de un trébol inevitablemente pensamos en la suerte. Muy a menudo lo asociamos con ganar lotería o triunfar en un casino, quizás porque uno de los palos del naipe es un trébol de color negro.

Pero se trata de un símbolo muy antiguo, cuyo origen se puede ubicar en Irlanda al inicio de la Edad Media. Su nombre original se deriva del término seamróg, la palabra irlandesa para trébol. También se denomina con la forma inglesa “shamrock”, que significa “trébol pequeño” o “trébol joven”. Hoy día el trébol verde de tres hojas es el símbolo nacional de Irlanda y su uso como emblema nacional hace referencia al crecimiento vigoroso de esta planta.

Trébol es el nombre común de un género que contiene más de 300 especies de plantas muy frecuentes de encontrar en pastizales y campiñas. Son muy utilizadas por los campesinos para alimentar el ganado ya que crecen abundantemente. Los tréboles son generalmente hierbas de vida corta y presentan hojas compuestas alternas, generalmente con tres folíolos dentados.

Tres es un número significativo en muchas religiones, y el trébol fue a menudo  muy útil para ilustrar la representación simbólica de alguna tríada. En el siglo V, San Patricio, en su misión de cristianizar Irlanda, predicó el misterio de la Santísima Trinidad usando un trébol, señalando que sus tres hojas están unidas por un tallo común. Las tres hojas de un tallo se usaron para ejemplificar el misterio de Dios como una sola entidad pero dividida en tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Se dice que sus tres hojas también representan las tres virtudes cristianas: fe, esperanza y caridad.

El uso del trébol como amuleto persistió aún después de la conversión de Irlanda al cristianismo. Entre los siglos XV y XVII, los campesinos y los caballeros llevaban tréboles en el brazo derecho como protección contra la influencia de las brujas. Después de ser usado por los soldados irlandeses, a raíz de unas bandas guerreras que surgieron para defender a Irlanda del ataque francés y español, el símbolo del trébol se convirtió en el emblema nacional de Irlanda en el siglo XVIII.

En todo este proceso, el trébol nunca perdió su asociación con la buena suerte. Además de ser un protector mágico contra espíritus malignos, en Irlanda aún hoy día las novias usan tréboles en su boda como buen augurio en el matrimonio.

 

El trébol de cuatro hojas:

Si un trébol regular de tres hojas posee tantas virtudes y beneficios, un trébol con cuatro hojas, no es sino nada más y nada menos que el Santo Grial de los amuletos de la suerte. En este caso, cada hoja simboliza fama, riqueza, amor y salud gloriosa.

En botánica, el trébol de cuatro hojas es una variación o mutación del llamado trébol blanco. Los científicos estiman que esto ocurre una de cada diez mil veces. De ahí que la gente se sienta  tan afortunada cuando se topa con uno, ya que asumen que les traerá suerte y prosperidad. Esas cuatro hojas representan fe, esperanza, amor y suerte.

Fueron los sacerdotes de los antiguos celtas, llamados “druidas”, quienes elevaron los tréboles de cuatro hojas al estado de potentes amuletos contra los espíritus malignos. Este es el origen de la creencia moderna de su poder para traer buenos augurios. Los druidas utilizaron el trébol como símbolo del equinoccio. Se consideraba un poderoso instrumento que les permitía anticipar el peligro y protegerse.

Además, que un trébol de cuatro hojas traiga mucha suerte es solo una de las tantas virtudes que las tradiciones populares le han atribuido. Por ejemplo, los tréboles son plantas versátiles capaces de procurar un cónyuge a quien desea casarse, curar dolencias o alejar a los espíritus malignos. Dependiendo de la variedad y el número de hojas, las supersticiones que rodean al trébol pueden variar ampliamente. Por ejemplo, su primera referencia literaria como amuleto de la suerte fue dada por el escritor inglés Sir John Melton en 1620: “Si un hombre que camina por el campo encuentra un trébol de cuatro hojas, poco después encontrará algo bueno“.

Se cree que se es más afortunado si se encuentra por casualidad un trébol de 4 hojas, que si ha estado buscándolo a propósito.  Pero si uno lo ve y lo deja sin recoger, toda la buena fortuna que le habría traído se revertirá. Y si uno encuentra un trébol de cuatro hojas, no se debe mostrar este singular hallazgo a nadie, para no perder la suerte adquirida.

Un trébol de cuatro hojas otorga la habilidad de visualización. Por ejemplo, para los celtas, durante Nochebuena podían revelar quiénes eran verdaderamente brujas. También los niños de la Edad Media creían que podían ver hadas mientras llevaban uno consigo. Podía romper el poder de las ilusiones y era un ingrediente del ungüento de hadas que otorgaba la vista de lo sobrenatural. El portador de un trébol de cuatro hojas no podía ser engañado ni estafado, porque le otorgaba la capacidad de ver y conocer la verdad. Hasta se llegó a creer que sostenido en la mano derecha, concede cualquier deseo.

Así sea que poseamos un trébol de tres o de cuatro hojas, ya sabemos ambos son una pequeña plantita con un profundo significado, a la que por muchas razones se le ha tenido mucha fe desde hace varios siglos.

Así, esta cuarta hoja de un trébol parece ser el mejor emblema de la buena suerte. Una mirada atenta y un azaroso capricho del destino, serán los que pongan en nuestro camino la fortuna de encontrar un trébol de cuatro hojas.

 

 

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