EL MEJOR FENG SHUI

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EL MEJOR FENG SHUI

Feng Shui significa literalmente “viento y agua”. Es una de las tantas metáforas que recurrentemente usa la cultura china para explicar el comportamiento de los diferentes fenómenos de la naturaleza.

En sus orígenes, el principal objetivo del Feng Shui consistió en encontrar aquellos precisos lugares que reunieran las condiciones geográficas y topográficas más favorables para construir edificaciones claves: templos, monasterios, palacios, escuelas, residencias y hasta ciudades enteras.

En la actualidad, el Feng Shui ha sido adoptado por la sociedad occidental para aprovechar este conocimiento ancestral. Se busca optimizar la ubicación de importantes construcciones tales como centros de negocios, bancos, condominios, rascacielos, universidades, centros comerciales, pero sin dejar de lado viviendas individuales, pequeños negocios, jardines y oficinas.

Conforme se ha popularizado la práctica del Feng Shui a nivel global, también se han desarrollado diferentes tendencias o “escuelas”, cada una con sus principios específicos y un énfasis diferente: metafísica, simbolismos, estrellas voladoras, Bazi y más. Algunos de estos nombres pueden sonar un tanto complicados y pueden abrumarnos a la hora de querer aplicar esta milenaria técnica en nuestro hogar.

Por ello, mucho antes de empezar a calcular cuáles estrellas voladoras son favorables o desfavorables cada año analizando un sinfín de variables numéricas, antes de trazar líneas y cuadrículas sobre el plano denuestra propiedad, antes de darnos cuenta de que quizás no contamos con suficiente presupuesto para contratar un consultor, o incluso, antes de aceptar que no somos muy hábiles manejando una brújula, entonces primero hay que empezar por el principio: orden y limpieza.

 

En la experiencia a través de estos años atendiendo las dudas y consultas de nuestros clientes, nos hemos dado cuenta de que la mayoría de ellos no ha dado ese primer paso fundamental que combina sentido común e intuición para lograr vivir en ambientes armoniosos.

Lo importante yace dentro de nosotros mismos. Nuestro entorno es solo un reflejo de nuestro interior. Y si ese entorno se encuentra desordenado, si acumula objetos que no se usan o no se mueven en años, si los closets y gavetas se desbordan, entonces ningún simbolismo por Feng Shui nos va a traer riqueza o prosperidad, es nuestra mente la que bloquea la llegada de nuevas oportunidades.

Y no es que existan varios Feng Shui o que una escuela sea mejor que otra, ya que la base fundamental de esta filosofía es una sola: que el Chi o energía vital circule armoniosamente en nuestros espacios. Es una sola disciplina, pero hay que empezar a practicarla desde la base más simple y pura. Si hay desorden y suciedad, definitivamente el Chi estará estancado y allí no hay ninguna técnica de Feng Shui que sea efectiva.

Por ello, les dejamos algunos de nuestros consejos para llevar a cabo un proceso de orden y limpieza en nuestros espacios de forma intencionada y consciente:

  1. Aceptar una cuota de desorden inevitable. Los espacios vivos y habitados tienden a estar desordenados, como si el simple acto de vivir creara un caos instantáneo. En cuestión de horas el ir y venir normal y cotidiano de los miembros de una familia va a provocar inevitablemente desorden, y hay que aceptarlo por el bien de nuestra paz mental. No todo a nuestro alrededor tiene que ser blanco, puro e inmaculado, cual utópica casa de revista de arquitectura. Es prácticamente imposible vivir de forma minimalista, aunque la publicidad nos quiera vender esta idea. La clave es no dejar que el desorden crezca sin control. Tampoco nos hagamosesclavos de la limpieza olimpiadores compulsivos. Por eso es importante mantenernos “simples” para completar de forma realista y a tiempo nuestras tareas de limpieza y de organización.

 

  1. Eliminar los obstáculos. Si el desorden se acumula en el tiempo, simplemente la energía o el Chi de un lugar deja de circular. El desorden crea obstáculos instantáneos. Bloquea el flujo de energía en el espacio vital sin que nos demos cuenta. Por ejemplo, si un rincón que se está llenando de periódicos y revistas viejos resulta ser un área importante desde la perspectiva de Feng Shui (tal vez tenga todas sus estrellas auspiciosas para el año), o si el espacio en que se acumulan cosas no deseadas es un área de importante de la casa, el efecto sobre nuestro bienestar seguramente será negativo. Si mantenemos esas esquinas limpias y ordenadas, aunque no estemos informados de las estrellas voladoras del año-negativas o auspiciosas- entonces en el área auspiciosa no bloquearemos la buena energía y en las áreas negativas, no alimentaremos la energía dañina.

 

  1. Tener suficiente espacio de almacenamiento. Es vital que cada cosa tenga su lugar. Hay que valerse de estanterías, cajas, percheros, colgantes, archivadores,nada costoso ni lujoso, sino más bien funcional y ojalá reutilizable. Tampoco se trata de botar todo lo que nos “sobra” solo porque no tenemos adonde guardarlo. Los nuevos gurús del orden aconsejan deshacernos de todo aquello que no nos brinde felicidad y es un método respetable y admirable. Pero en la vida práctica necesitamos guardar herramientas, suministros de oficina, artículos de limpieza, medicinas, cosméticos, cables, documentos y mucho más. Es ilógico tomar entre las manos una engrapadora –por ejemplo- y preguntarnos si trae alegría a nuestra vida. Es utilitaria y si está en buen estado, pues se conserva, pero en su lugar.

 

  1. Si algo entra, algo sale. Es muy fácil caer en el consumismo y en compras impulsivas. Y sin darnos cuenta hemos acumulado objetos que ya no sabemos adónde acomodar. Para mantener cierto equilibro deberíamos tratar de que cada vez que compremos algo, tratemos de eliminar algo. Es decir, si por ejemplo, necesitamos renovar algunas prendas de nuestro vestuario, que sea luego de haber revisado nuestro closet y donado lo que no hemos usado en mucho tiempo o que ya no nos queda. Lo mismo aplica para libros, adornos, accesorios o juguetes.

 

  1. Trazar un plan de ordenamiento.Si bien hay labores diarias de limpieza impostergables: tender la cama, recoger la mesa, lavar los platos, lavar la ropa y más, hay otras tareas que pueden organizarse de forma semanal, mensual o anual, según sean nuestras prioridades. Al principio puede resultar abrumador dar el primer paso, pero una vez que se empieza, poco a poco se convierte en una actividad muy satisfactoria. La falta de tiempo puede ser uno de los mayores retos del proceso, por eso cronometrar y calendarizar el orden y la limpieza según nuestras posibilidades es muy importante.

 

  1. “Sentir” el espacio. Analizar el lugar con su carga física y no física hasta averiguar qué tipo de energía nos proyecta.Ubíquese en el centro de la habitación y dirija su atención a sus esquinas, girando en el sentido de las agujas del reloj y sin quitar muebles ni objetos decorativos, vea todo a su alrededor. Deje que sus ojos envíen sus mensajes a su mente cuando sintonice la energía de la habitación. Es un tipo de mindfulness o atención plena, pero aplicado al proceso de eliminar la acumulación de objetos innecesarios o a buscarles el lugar adecuado.

 

 

  1. Usar los cinco sentidos para captar la energía de una habitación. Escuchar los sonidos del goteo del agua, el viento entrando a través de las ventanas, el sonido de una radio a lo lejos. Active las sensaciones táctiles con las palmas de las manos. La idea es entrenar la mente para sintonizar con su espacio vital. Cada pequeña cosa tiene energía y toda energía es diferente, posee diferentes longitudes de onda y diferentes afinidades. Tome conciencia de las estructuras físicas que componen la habitación, la altura y el color de las paredes, la presencia de vigas, puertas y ventanas. Si se hace este ejercicio antes de iniciar una labor de orden y limpieza, será mucho más fácil entender para qué se está haciendo y el proceso será más fluido.

 

  1. Comenzar con la habitación en la que se pasa mayor cantidad de tiempo. Puede ser el dormitorio, la cocina, la sala, el comedor. Este es el mejor lugar para trabajar en el desarrollo de la conciencia del espacio y la energía. Si nunca antes ha puesto toda la atención en la energía de su habitación, comience por sintonizarla conscientemente para poder aprovecharla y que sea la clave de nuestro vigor, fuerza y éxito en el proceso de orden y limpieza.

 

 

  1. Sintonice la energía de la habitación. ¿Se siente cansado? ¿Está el aire viciado o cargado? ¿La idea de darle un cambio de imagen le viene a la mente? ¿La habitación está muy oscura? ¿Debería instalar más luces? ¿Las cortinas necesitan un lavado? ¿La alfombra se siente un poco húmeda? ¿Funcionan las bombillas? ¿Entra la luz del sol en la habitación? ¿Hay cosas guardadas bajo la cama? Estas y miles de preguntas se irán presentando a medida que se evalúa el espacio con el que uno cree estar familiarizado. En poco tiempo, se entablará un fructífero diálogo con la energía espiritual de su habitación

 

  1. Abrir puertas y ventanas. Esta debería ser una práctica permanente, se aplique o no el Feng Shui. La energía cósmica es yin o yang, y es la energía cósmica yang diurna la que trae los beneficios que queremos para una buena vida, en lugar de la energía cósmica yin nocturna. Una de las mejores maneras de garantizar un buen suministro de energía yang en todas las habitaciones del hogar es mantener las puertas y ventanas abiertas durante todo el día. Debe haber al menos un conducto principal de flujo para que la energía yang entre en el hogar. El aire limpio y la luz natural refrescan y revitalizan cualquier espacio y motivan a mantenerlo limpio y ordenado.

 

  1. Limpiar el espacio de trabajo. Allí es donde somos productivos, donde desarrollamos nuestro talento y proyectamos nuestra realización de metas de vida, según la carrera u oficio que hayamos elegido. Puede ser desde un escritorio, un librero, un archivador hasta una oficina, un taller o un estudio. Así que esté alerta al desorden y límpielo regularmente antes de que se acumulen cosas y más cosas. Un espacio de trabajo limpio y ordenado permite el flujo libre de energía mental. Si comienza a dejar que su espacio de trabajo se desordene, la energía revitalizante se bloqueará.

 

Entonces, ya lo sabe: no se necesita hacer complejos cálculos matemáticos, mediciones minuciosas, estudios geománticos o ir corriendo a llamar a un arquitecto o ingeniero para hacer cambios estructurales a nuestra propiedad que nos costarían dinero que tal vez no tenemos. Tampoco hay que llenar nuestra casa cada año de un montón de amuletos y objetos que por sí mismos vayan a traernos riqueza y felicidad mágicamente. Todo lo citado es importantísimo y es parte de una combinación de arte y ciencia de data milenaria. Pero nada de esto será efectivo si no se empieza por un proceso de orden y limpieza consciente y que sea sostenible en el tiempo.

Recuerde siempre que la energía Chi está a nuestro alrededor y en nuestro hogar todo el tiempo, por lo que es esencial aprender a aprovecharla y hacer que funcione para cada uno de nosotros. Ninguno de los consejos que hemos brindado es complicado. Solo se requiere una comprensión del poder positivo de la energía del espacio y la importancia de mantener las habitaciones principales libres del desorden de la vida. Estos consejos mejorarán la energía de su hogar y a la vez brindan una base sólida sobre la cual mejorar su conocimiento de Feng Shui, si es que realmente quiere ir más allá.

Si luego de un proceso de orden y limpieza consciente, la casa nos hace sentir felices, estamos seguros que el beneficio final será una energía productiva a nuestro alrededor. Y si la habitación se siente estancada, usted también lo estará, pero ahora ya sabe por qué. La energía de una casa refleja nuestro estado mental, por lo que al cambiar la energía del espacio vital, inmediatamente empezará a cambiar nuestra vida espiritual.

Estimule este proceso con energía nueva y fresca e inmediatamente se sentirá revitalizado. No por casualidad decían nuestros abuelos, que “donde hay orden, está Dios”.

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